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El origen de la expresión

Todos los somos

Llegó la hora de confesarnos amigos, nosotros somos bien chismosos, no hay nada que alegre más a nuestros corazones que alguien nos diga: bueno, te voy a contar, pero no le digas a nadie, o escuchar que alguien diga: ¿ya te enteraste? Pero tampoco nos malinterpreten, cuando alguien nos cuenta un secreto JAMÁS se lo decimos a nadie. Nos lo llevaremos a la tumba. Habiendo dicho esto, ahora les tenemos una pregunta ¿les han dicho: no hables que las paredes oyen? Hoy les contamos de dónde surge esa popular expresión.

 

 

 

Vámonos a Francia

El origen de esta frase nos remonta a la Francia del siglo XVI, durante la persecución de los hugonotes (protestantes franceses de la doctrina calvinista) la cual acabó en una terrible matanza, conocida como la Noche de San Bartolomé, ésta duró al menos una semana y se extendió a diferentes partes del reino. Pero probablemente piensen y esto qué tiene que ver. Pues enseguida se los decimos…

 

 

 

Dicen por ahí…

Cuenta la historia que, durante la segunda mitad del siglo XVI, Catalina de Médici (reina de Francia) fue quien incitó a los católicos a iniciar la matanza, pues era una mujer muy desconfiada y en su afán de escuchar mejor a las personas de quien ella sospechaba mandó a instalar en las paredes de las habitaciones del Palacio Real conductos acústicos. Vaya, eso sí que es ser desconfiada. Pero eso no es todo.

 

 

 

¡Qué listos!

Claramente, y como también dicen por ahí, todo se sabe. Así que por supuesto que los miembros de la corte y la servidumbre esparcieron el rumor de las que las paredes tenían oídos. Y así queridos amigos, nació la expresión de las paredes oyen, o como decían los franceses: les murs ont des oreilles.

 

 

 

Corran la voz

Ahora ya lo saben amigos, les dejamos el dato curioso para que se lo cuenten a todos sus amigos, pero tampoco olviden compartir para que ellos también lo compartan y así, todos sepan de dónde surgió esta frase. Cuídense amigos y ya lo saben, mejor cerciórense de que nadie los escuche la próxima vez que vayan a echar el chisme con alguien. Hasta la próxima.